Escalando Highlander (8B+): Un Sueño en los Alpes Suizos
Después de más de dos décadas dedicadas a la escalada, el verano de 2025 marcó un momento poderoso en mi trayectoria: completé la primera ascensión femenina de Highlander, un bloque de 8B+ ubicado en los majestuosos paisajes alpinos del Sustenpass, en Suiza. Este bloque puso a prueba mi técnica, resistencia física, paciencia y visión personal. Al final, se convirtió en una de las ascensiones más significativas de mi carrera.
¿Por qué Highlander?
Vi Highlander por primera vez cuando mi esposo David Graham lo encadenó, y de inmediato me sentí intrigada. La línea recorre un granito empinado con movimientos físicos que involucran empotres de rodilla, compresión y tensión, todos elementos que he aprendido a amar. Sentí desde el principio que este bloque podía adaptarse bien a mí. Eso no es algo que suela sentir a menudo. Era largo, resistente y estaba situado en un lugar que me parecía muy hermoso e inspirador. Estaba segura de que requeriría dedicación, pero también ofrecía un estilo en el que confiaba que podría crecer. Más allá de la línea en sí, el lugar me atrapó. Sustenpass es un paso de alta montaña remoto en Suiza, con una atmósfera salvaje y pura. A diferencia de otros lugares más populares, suele estar tranquilo, lo que permite enfocarse realmente y conectar con el movimiento y la naturaleza. La belleza del entorno era calmante e inspiradora. A menudo me sentía sola con la montaña, y esa soledad me ayudaba a profundizar en el proceso.
El Proceso: Paso a Paso
El camino hacia el encadenamiento de Highlander se desarrolló a lo largo de varios viajes y más de dos temporadas. No me apresuré. Primero trabajé la parte superior del bloque: Rêve de Fer, un 8A+/B exigente por sí solo. Una vez que lo encadené, pasé a Ikarus (8B), la parte inferior de la línea completa. Cada vez que regresaba, ganaba más comprensión y me adaptaba a las demandas del bloque. Aprender los trucos, especialmente los múltiples betas con empotres de rodilla, fue clave. Poco a poco entendí cómo posicionar mi cuerpo en movimientos muy incómodos y complejos. Rápidamente me di cuenta de que la fuerza bruta no sería suficiente. El bloque es largo y claramente necesitaba resistencia específica, pero la combinación de trucos y movimientos corporales fue lo que más me motivó. En muchos sentidos, el proceso fue metódico. Nunca tuve un gran bloqueo mental, en parte porque la naturaleza paso a paso del proyecto me ayudaba a mantener los pies en la tierra. Tenía objetivos claros: encadenar Rêve de Fer, luego Ikarus, y después unirlos. Esta estructura me dio confianza durante todo el proceso.
Preparación y Mentalidad
Esta temporada, mi preparación fue más enfocada que nunca. Pasé tiempo en España durante el invierno y la primavera, afinando especialmente mi resistencia corta y mi potencia, exactamente lo que necesitaba para este tipo de línea. También llegué a un punto de inflexión importante en mi vida: terminé mi doctorado en ciencias sociales. Esa finalización me dio la libertad de sumergirme por completo nuevamente en la escalada. Mi agenda se abrió, mi mente se despejó, y pude sintonizar completamente con el ritmo necesario para rendir. Después de años de equilibrar la presión académica con la escalada de alto rendimiento, fue profundamente gratificante dejar que la escalada volviera a ocupar el centro de mi vida.
El Encadenamiento
El día que encadené Highlander, no lo esperaba. Las condiciones eran buenas, y no tenía expectativas. Me calenté bien, me sentí relajada y simplemente me concentré en hacer un intento limpio. Todo fluyó de forma orgánica, como si estuviera en un estado de fluidez. Pasé la secuencia inicial con más fluidez que nunca, y me trasladé a la parte superior casi sin pensar. Cuando hice los últimos movimientos y salí por arriba, ¡fui tan FELIZ! Fue una satisfacción tranquila, la de haber seguido una visión a largo plazo. Siempre he soñado con hacer 8B+. Y aquí, la recompensa no fue solo el grado, sino el proceso, el entorno y el crecimiento personal que inspiró. Highlander no se trataba de demostrar nada. Se trataba de abrazar lo que amo: líneas hermosas, escalada dura, betas creativos y una conexión con la naturaleza. Esta ascensión reavivó mi motivación para seguir empujando mis límites. Ahora tengo la vista puesta en proyectos más difíciles: 8C en bloque, 9a+ en deportiva, y me siento más capaz que nunca. Estoy agradecida por todo el apoyo que he recibido —de amigos, parejas y marcas que valoran el rendimiento con propósito. Gracias por creer en este viaje. Espero que Highlander sea solo una de muchas historias aún por venir.